martes, noviembre 06, 2007

Historias de un hombre (V)

Una hora y media después llega a la puerta de la ferretería; han abierto hace poco, ya que el dependiente aún está organizando un par de expositores de cartón con tubos de cola para madera y pequeños kits de herramientas diminutas muy económicos, que están mal amontonados encima del mostrador. Es un hombre un poco viejo, de unos cincuenta años mal llevados; no es particularmente gordo, pero su pelo canoso y su rostro arrugado le dan un aspecto mucho más añejo. Mientras coloca el expositor de cola, un par de tubos caen al suelo; él se apresura a pasar a la tienda, cuya puerta se abre acompañada por el tintineo de una oxidada campanilla que cuelga encima, y empieza a recoger los botes antes de que el hombre se vea obligado a salir de detrás del mueble para hacerlo.

-No era necesario, joven, pero gracias de todos modos por la ayuda.

-No hay de qué.

-En fin, ¿en qué puedo ayudarte, si es posible saberlo?

Ante esta pregunta, andarse con rodeos no parece la forma más adecuada de actuar; es más, el dependiente le recuerda a esas personas con las que es mejor ir directo al grano, ya que eso te garantiza una mayor posibilidad de éxito con ellas.

-Verá, he venido por el anuncio del periódico en el que se buscaba dependiente.

-¡Ah! Así que buscas empleo, ¿eh?

-Pues sí, estoy en ello.

-Bueno, veamos… El negocio es mío y lo he llevado yo solo desde siempre pero, ahora que me estoy haciendo mayor, creo que no estaría mal tener a alguien que me ayudase un poco.

Por un momento, el hombre le da mucha envidia: tiene un negocio que parece venirle muy bien para mantenerse y tiene un carácter afable, lo que indica que, muy probablemente, su vida haya sido mucho más agradable y llevadera que la suya. Pero sabe que es una tontería pensar así: él mismo se ha buscado sus problemas. Se dirige de nuevo al hombre y le entrega unas hojas de papel dobladas limpiamente en cuatro partes. Su voz tiene un tono sumiso cuando le habla al ferretero.

-Bueno, he traído un currículum, por si le interesaba- -

-Descuida, me basta con saber de qué has trabajado anteriormente y si tienes antecedentes penales.

Mmm… Bueno, piensa él, parece simple. Por favor, que salga bien

- Bueno, he tenido experiencia como fontanero durante varios años. He trabajado en varias empresas, ya que me he mudado más de una vez. En resumen: creo que me entiendo bastante bien con la mercancía que se vende aquí. En cuanto a los antecedentes penales… bueno, me han detenido un par de veces por conducir dando positivo, pero- -

-¡Va, esos son tonterías! Seguro que te gano en ese tipo de detenciones- dice el dependiente mientras se ríe con una carcajada poco estridente que inspira bienestar.

-Bueno, pues eso es todo.

El ferretero lo mira pensativo y luego da unos pasos en torno al mostrador, mirando los tubos de cola y los kits de herramientas. Después de dar varios pasos más, se gira hacia él, le mira y le dice:

-Está bien, el puesto es tuyo.

Continuará...

3 comentarios:

Unknown dijo...

Como cada vez, impaciente por leer más. Ya era hora de que le sucediera algo bueno a este hombre.
FELICIDADES

Adri Phaustho dijo...

Sí, es cierto. No te preocupes, que a partir de ahora la historia va a evolucionar a mejor (aunque ya quedan pocos meses para que acabe, jejeje).

Saludos y gracias por leerme, lolo!

JUAN PAN GARCÍA dijo...

Parece una historia interesante, la pienso leer desde el principio.
Ah, y enhorabuena por ese libro que dices has acabado.
Abrazos