jueves, diciembre 01, 2016

NaNoWriMo me sale, pero me cuesta

Yo soy un poco del género tonto.

Termino la carrera, me independizo y me creo un ritmo de vida más bien estable, sin demasiados contratiempos. Acabo con un horario bastante decente, que podríamos clasificar como "de media jornada", donde hago algunas cosillas para ganarme el sustento por las tardes y tengo unas mañanas estupendas para ser una persona de provecho.

Y fíjate que, aun así, todavía he tenido problemas para completar el reto de NaNoWriMo a un ritmo normal de persona responsable.

El reto empezó muy bien, mejor que las dos ediciones anteriores, con unos días iniciales de cumplir los objetivos diarios e incluso superarlos. Sin embargo, rápidamente me encontré con una serie de días en los que dejaba la escritura para la noche y, cuando en teoría iba a ponerme a escribir, algún pretexto ajeno me requería y se cargaba mi planificación.

Tuve un fin de semana muy productivo entre el día 19 y el 20 gracias a la Noche de Escritura Peligrosa, un evento que organizó en Zaragoza el ML de allí (que también capitanea la asociación Atrapavientos) y que permitió pasar una velada en compañía de gente estupenda y escribir. Escribí una barbaridad ese fin de semana, algo así como unas 9000 palabras. Seguía sin ser suficiente para llegar a la meta diaria deseada, pero mi retraso se reducía mucho y me ponía las cosas fáciles.

Quisiera destacar que la experiencia de Zaragoza fue muy interesante por varios motivos. En primer lugar, me gusta mucho viajar solo porque me da libertad absoluta para montarme la vida allá donde voy: puedo detenerme en cualquier sitio el tiempo que quiera y dejarme llevar por los impulsos de visitar un sitio u otro, con tal o cual medio de transporte... comer por ahí leyendo un libro... Luego me junto con la gente y soy muy feliz y muy sociable, pero valoro muchísimo tener ratos aislados para poder esparcirme a mi aire. Zaragoza me ofreció esa libertad con un plus: el clima. Un frío seco muy agradable, de los de salir a la calle con chaqueta sin empezar a sudar a los cinco minutos de andar por la acera. Algo me dice que en un futuro tendré que mudarme a una ciudad como esa (lo mismo pensé de Bilbao el año que hice un trabajo de economía urbana sobre ella).

Además, en el evento de Zaragoza conocí a un montón de gente interesante. El ambiente de NaNoWriMo en esa ciudad es maravilloso y me dejó muy buen sabor de boca. Además, no fui el único que acudió desde fuera de la ciudad. Congenié con un par de visitantes barceloneses que se sentaron junto a mí durante el evento y con una chica estadounidense, con la que compartía mesa, que estaba escribiendo su autobiografía y me regaló un CD de música compuesta por ella (es cantautora y toca el piano, podéis encontrar su música aquí). También en el evento hablé con #LittleRedRead, una booktuber a la que sigo en Youtube y que resultó ser una chica muy afable, igual que en sus vídeos. Hubo muy buen ambiente con todo el mundo e hicimos varias actividades (¡grabamos incluso uno de esos Mannequin Challenge!) que enriquecieron bastante la velada; diría que, en general todo el mundo se lo pasó muy bien. Yo además disfruté mucho gracias a Laura, una chica que se sentó delante de mí durante el reto y que me pegaba unas palizas interesantes en cada guerra de palabras que hicimos (competiciones para ver quién consigue escribir más palabras en un intervalo fijo de tiempo).

Por desgracia, al volver de Zaragoza, las cosas no fueron exactamente como yo quería. Los primeros días después del finde logré mantener un ritmo extraordinario, escribiendo en torno a 3000 palabras diarias, pero luego se me echó encima la entrega del resumen para la preinscripción del doctorado y el Salón del Manga de Valencia acompañando a mi queridísima Begoña... y el ritmo se fue lejos, muy lejos.

Volvió a 3 días de terminar el reto, con 20000 palabras colgando. Y las escribí.

Fueron tres jornadas muy demoledoras. El primer día escribí unas 7000, al siguiente unas 4000 y el último, ayer, hice un sprint final de 9000 palabras. Acabé tan rendido que no llegué a cenar, porque me caí en el sofá y me he despertado ahora, a las seis de la mañana. Ni cené ni he desayunado ni nada por el estilo, estoy totalmente desubicado ahora. Pero bueno, estoy satisfecho porque he conseguido el objetivo. Ahora es cuando viene la parte más difícil: conseguir editar el manuscrito.

La última vez conseguí trabajar bastante en el libro después del reto de NaNoWriMo, aunque mucho menos de lo que me hubiera gustado. Esta vez tengo un borrador mucho más largo (gracias a la ampliación de 50000 palabras de esta edición), con menos huecos para rellenar y más facilidades para hilar la trama tal y como la tenía ideada. Algo que sigue siendo difícil porque aún cargo con muchos interrogantes e indecisiones sobre algunos momentos de la historia, pero no me preocupo porque ahora es el verdadero momento de ponerse manos a la obra y convertirlos en lo que quiero.

Deseo que diciembre funcione muy bien a muchos niveles. Os iré contando sobre la marcha.

Espero que esta lectura os haya resultado interesante. Como ya comenté anteriormente, estaré encantado de responder a cualquier duda o cuestión que queráis plantearme a través de los comentarios.

Un saludo a todos.