martes, noviembre 01, 2016

Cuánto quería leer en octubre... y eso que no he parado (de leer)...

Pero es que a veces las cosas ocurren de formas poco convenidas con nuestro yo interior organizador, ese que escribe con mucho optimismo esas maravillosas listas de quehaceres y objetivos semanales o mensuales o diarios... en fin, todas esas patrañas.

Yo vengo a sincerarme: tenía una barbaridad de libros para leer en octubre. Una amiga me informó de la existencia de un reto lector para el mes que cerramos hoy, #LeoAutorasOct. Me pareció una idea muy interesante porque considero que acciones como ésta, si bien no dejan de ser un gesto, son las mejores opciones para acercar una postura feminista a la gente menos propensa a reconocer un cambio necesario en su forma de concebir la sociedad moderna. Para mi sorpresa, cuando revisé mi estante de lecturas pendientes, vi que el trabajo ya estaba hecho para preparar el reto: no sólo estaba leyendo la trilogía de Memorias de Idhún, de Laura Gallego García, sino que además tenía en la recámara varias obras escritas por autoras, como un par de sagas de la Dragonlance co-escritas por Margaret Weis (y "Ancillary Justice" de Ann Leckie en mi Kindle).

Prácticamente me había sumado al reto de rebote. Para motivarme un poco más a leer, durante el mes de septiembre adquirí un par de títulos más: "Love" de Toni Morrison (la última persona estadounidense premiada con el Nobel de Literatura hasta el recién galardonado Bob Dylan) y la novela gráfica "Aquí vivió: historia de un desahucio", que no está guionizada por una mujer pero sí dibujada (por Cristina Bueno; pensé que ambos eran coautores cuando la compré y no me enteré hasta después).

Y claro, con todo ese material, tocaba ponerse las pilas y leer. Leí mucho en los viajes de cercanías a dar clases particulares, leí después de los desayunos, leí después de comer en casa de mis padres en las visitas semanales, ¡leí por las noches por primera vez en mucho tiempo! Y me leí... la novela gráfica y dos medios libros de Memorias de Idhún.

Ea. Hasta aquí puedo leer. (Adridulce ironía).

...Digamos que, por mi parte, habría estado encantado leyendo mucho más. Pero, aunque podría escudarme en la extensión de la saga de Idhún (el tercer libro tiene 942 páginas, y el segundo ronda las 670), no lo voy a hacer. El verdadero motivo de haber avanzado tan poco leyendo esta trilogía es que no me está gustando nada. Pero nada. Me leí hace años los dos primeros libros, regalo de mi tía, y el tercero nunca llegó a mis manos. Tampoco me lo leía prestado de un amigo porque "tengo ya los dos primeros, me leeré el tercero cuando me lo compre". Efectivamente, el año pasado —o a principios del presente— me compré "Panteón" en una liquidación al 50% de una librería especializada del centro de Valencia. Me dije a mí mismo que, puesto que no había gastado mucho dinero en adquirirlos, siempre me quedaba la opción de venderlos por Wallapop después de leerlos por si no me gustaban.

Debo decir que los libros primero y segundo me decepcionaron ampliamente. Guardaba buenos recuerdos del primero porque, mi memoria dixit, incorporaba una interesante mezcla de mundos fantásticos con un escenario urbano contemporáneo del mundo real, mezclando con elegancia en un mismo libro un escondite interplanar de noche eterna equipado con ordenadores y hechizos de magia lanzados en mitad de un concierto en un estadio. Leído este libro con 25 años, el estilo me resulta excesivamente aniñado y todas las cosas que otrora encontraba originales ahora me parecen un "quiero y no puedo": el germen de la idea sigue estando ahí, pero la indeterminación es a menudo demasiado grande como para creérmela.

Siempre leo por todas partes que lo que hace bueno a un mundo fantástico es la libertad que el autor tiene para crearlo todo a su gusto y definir todos los pequeños detalles que dotan al universo de coherencia y cohesión; en Memorias de Idhún no existe ese mimo, que sólo he apreciado (y ojo, lo remarco: muy notablemente) en las descripciones del bosque de Awa presentes en Tríada. Por lo demás, la saga se me ha antojado muy prescindible en su conjunto: personajes totalmente maniqueos o totalmente indefinidos en su eterno baile de bandos sin justificarlo siempre de forma convincente, exceso de dobles identidades entre personajes no siempre bien llevadas, incongruencias y excesivos deus ex que rompen la solidez de la historia (las leyendas apenas tienen un siglo de antigüedad en algunos casos, lo cual supongo que justifica que en Limbhad haya una armería REPLETA de armas legendarias que nadie sabe cómo llegaron allí... quiero decir, los personajes no tienen ni que conseguir las armas poderosas, ya estaban allí puestas porque yes), diálogos calcados, muy calcados, que se repiten tanto entre libros como entre capítulos... A día de hoy estoy hasta las narices de leer cómo JackYandrak y ChristianKirtash se echan las mismas puyitas de "te voy a matar, maldito shek"/"No podrás conmigo, dragón", dirá ChristianKirtash con una media sonrisa/"¡Basta, chicos, dejad de pelear!"/"Te perdonaré la vida porque no quiero herir a Victoria, pero si le haces daño alguna vez, date por muerto"... Y el daño a la chica se lo va a hacer igual, se lo hace tropocientas veces entre dos libros (sólo los dos que me he terminado por ahora), pero aun así la conversación sigue siendo igual de besuga.

Doy fe, eso sí, de que la historia remonta un poco en el tercer libro. El hilo conductor del volumen final (SPOILER: la irrupción de los Seis dioses en Idhún, con su presencia etérea devastadora) es con diferencia el mejor elemento argumental de toda la historia y también el motivo por el cual aún me esfuerzo por concluir "Panteón" en vez de malvenderlos sin acabar a través de la app antes citada.

Total, que octubre se ha ido en leerme unas 800 páginas de unos libros que, a priori, no me están gustando casi nada. He pensado que lo mínimo que puedo hacer es continuar con el reto en meses venideros, alargándolo a #LeoAutorasNov y #LeoAutorasDic, por ejemplo. No en vano tengo también obras pendientes que no quiero dejar pasar en mi vida lectora, como "Wuthering Heights" de Emily Brontë, "Against Interpretation and Other Essays" de Susan Sontag, la bibliografía de Virginia Woolf... Conclusión: literatura buena escrita por mujeres hay, mucha además. Nadie tiene excusa para no leerla.

2 comentarios:

Manuel Domínguez dijo...

Yo comencé a leerme Memorias de Idhún hace ya muchos años y no me gustó nada, pero haz caso al gran Daniel Pennac que en su libro "Como una novela" nos invita a leer lo que se nos antoje. No por imposición (externa o interna), sino por gusto, por placer, porque sea el causante de felicidad.

Pero bueno, una cosa sí que te alabo. ¡Vender tus antiguos libros! Puff.. se me hace muy cuesta arriba. Todos mis libros tienen algo particular, aunque no los haya leído.

Por cierto, mis autoras favoritas son Almudena Grandes, Rosa Montero y J.K. Rowling, sin olvidarme de Reyes Martínez (con su "Arcano número 13", y su "Me llamo Roberto", porque la saga de Candela es infantil...) Si quieres saber más sobre ella, búscala en facebook, y si te interesa algún libro (sobre todo Arcano número 13, de lectura rápida pero intensa), puedes pedírselo a la autora que te lo envía por correo a un precio más que asequible.

Un saludol

Adri Phaustho dijo...

¡Vaya! Me has llamado la atención con lo que me cuentas de Reyes Martínez. Tomo nota.

Y sí, hijo mío, los libros malos hay que quitarlos de la biblioteca, porque le pegan virus al resto y eso no se puede permitir. :P
Te queda la opción de donarlos a la biblioteca, otra cosa que también he hecho.

¡Saludos!