sábado, octubre 20, 2007

Recuerdo que...

Hace mucho tiempo, más de medio año, fui una tarde a un Burger King que hay en la plaza del ayuntamiento de Valencia. Había ido a comprar unos cómics y, como llevaba un par de euros sueltos, se me ocurrió tomarme una hamburguesa en plan rápido.

Cuando me senté en una de las mesas de dentro para tomarme la "merienda", me percaté de que había un vagabundo sentado en una mesa cercana. Barba descuidada, canosa, rostro sucio y cansado, uñas negras, chándal viejo, gastado y polvoriento... Un cuadro. Me dio bastante pena y se me ocurrió pensar que, tal vez, en un pasado había vivido tiempos mejores.

Recuerdo que se me grabó en la memoria porque el vagabundo, que estaba sentado en una mesa cerca de la puerta, estaba escribiendo: llevaba un vieja libreta de tamaño DINA5, con el gusanillo doblado y las tapas de cartón medio sueltas. Era un libreta muy fina, porque se habían arrancado muchas hojas, y escribía con un boli Bic viejo que, a pesar de todo, aún conservaba la tapa.

Recuerdo que me tomé la hamburguesa mirando cómo el hombre escribía o pasaba las páginas de la libreta. Y recuerdo que, cuando me fuí del Burger King, me fui con la curiosidad de saber qué era lo que estaba escribiendo en aquella libreta...

5 comentarios:

JUAN PAN GARCÍA dijo...

Hola, Phausto: Tu anécdota del mendigo es más común de lo que nos imaginamos.En las calles de París, Madrid o New York y otras grandes ciudades como la tuya, abundan miles de indigentes cultos y venidos a menos. Interesante sería indagar en las causas que motivan a esas personas a dejar sus placenteras vidas y preferir vivir a la intemperie. Cuánto drama familial oculto, cuánto sufrimeinto, cuánta sin razón...
Eres muy observador, te fijas en los detalles que hablan.
Muy buena reflexión la que presta tu escrito. Te felicito.
Por cierto,¿Aún existe en Valencia Barrachina? La última vez que estuve comí en El saler, en el restaurante que hay nada más llegar a la playa.
Un abrazo. Juan Pan

Adri Phaustho dijo...

Podría ser que aún exista, pero la verdad no te lo sabría decir porque no recuerdo haber estado allí nunca (no he comido en muchos restaurantes cerca de la playa, XD).

Gracias por tu opinión, Juan, un placer verte por aquí!

Unknown dijo...

Muy buena anécdota, digna de la vida diaria de HISTORIA DE UN HOMBRE. Pero una cosilla... recuerda que en cierto anuncio si tienes 2 € es que TIENES UN PASTÓN así que podrías haber invitado al mendigo (eso es una acción que aunque casi todos queramos hacerno, no todos podemos llevarla a cabo, siempre hay otras fuerzas que nos mueven a decir no).

Me parece que eres muy observador, situaciones así las hay todos los días como bien dice Juan, incluso peores. Por eso odio las grandes ciudades autónomas. Madrid por ejemplo, donde si roban a un anciano la gente ni gira la cabeza, donde los indigentes son infravalorados y donde

Unknown dijo...

con más que intento no consigo soportar dicha ciudad.

Estos son los pequeños detalles que a un ser humano le convierten en persona.

FELICIDADES Y SALUDOS. LOLO

Adri Phaustho dijo...

Si te digo que me compré una hamburguesa porque lo que hice fue gastar las vueltas de comprar cómics... De todas formas, no me habría atrevido a invitarle (lamento admitirlo, pero soy humano y creo que es mejor aceptar la verdad en vez de decir una excusa que es mentira).

Saludos!